GERARDO MARTÍNEZ NO NOS REPRESENTA

Desde SITEBA repudiamos la nueva reunión de trabajo del “Consejo de Mayo”, espacio surgido luego del Pacto de Mayo que 19 gobernadores firmaran el 9 de julio de 2024 y en el cual definieron una serie de iniciativas generales en respaldo a las transformaciones estructurales que Milei está imponiendo en materia económica y política.

Compuesto por representantes legislativos, gobernadores, empresarios (UIA) y sindicatos (CGT), con el fin de elaborar proyectos de ley que saldrán a la luz recién a mediados de diciembre, todos sus integrantes responden al oficialismo nacional y el hermetismo sobre lo que pasa puertas adentro deja en claro que sus decisiones poco o nada beneficiarán al pueblo trabajador que viene sufriendo un brutal ajuste por parte del gobierno de Milei y Macri.

Como ejemplo de esta práctica, la reunión convocada para este 21 de julio contó con la presencia del Secretario de Trabajo nacional, del titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de Gerardo Martínez, en representación de la UOCRA y la CGT, para discutir un tema central para la gestión de Milei: una nueva reforma laboral que permita eliminar derechos para abaratar costos y maximizar ganancias a las patronales, en línea con el Capítulo Laboral del DNU 70/23 que la Justicia frenó por su carácter inconstitucional.

No sorprende que el representante de la CGT sea Gerardo Martínez, dirigente de la UOCRA y “agente leal y útil” del Batallón de Inteligencia 601, que entregaba trabajadores de la construcción durante la última dictadura cívico-militar. Al igual que durante el menemismo, la CGT se muestra más preocupada por sentarse a la mesa del patrón que por salir a la calle para defender a los laburantes.

La clase trabajadora nunca será representada por quienes dejan pasar miles de despidos mientras crece la precarización laboral y nuestros jubilados son arrastrados a un genocidio de hambre. Nuevamente, se cumple lo que siempre hemos denunciado: la libertad de los patrones para explotarnos cada vez más, requiere obligatoriamente que no haya libertad sindical. Así, la clase trabajadora es rehén de esa burocracia sindical que se convirtió en sindicalista-empresario.

A las puertas de un nuevo ataque a los derechos que tanto nos costó conseguir, reafirmamos nuestra lucha por la democracia y la libertad sindical en el marco de construir un sindicalismo de nuevo tipo, donde todos los trabajadores y trabajadoras puedan organizarse libremente en defensa de sus derechos y para alcanzar nuevas conquistas.