En estos tiempos tan difíciles para la clase trabajadora, en que gran parte del Poder Legislativo ha renunciado a todo principio ético aceptable, diputados y senadores pronuncian altisonantes discursos y declaraciones en favor de la clase trabajadora al tiempo que acuerdan, negocian y hasta venden sus votos, permitiendo que el Gobierno nacional -encabezado por un psicópata- pueda destruir el aparato productivo del país, despedir trabajadorxs, hambrear jubiladxs, niños y a los sectores más vulnerables en general, en favor de una elite cada vez más concentrada, poderosa y enriquecida.
Gobierno y diputados oficialistas y acuerdistas realizan un show interminable de supuestas peleas y acuerdos sin que encuentren una respuesta acorde en defensa de las mayorías populares. Así han pasado casos como el Mega DNU 70/23, el veto al aumento para las jubilaciones, la reforma laboral, el financiamiento al sistema universitario, entre otros. En este contexto, no cesa la rapiña por las empresas estatales que el Gobierno pretende privatizar, hoy desfinanciadas y vaciadas, para ser entregadas a precio vil al sector privado.
Nuestro sector, la banca pública, viene sufriendo un achique silencioso pero sin pausa, acelerado en los últimos tiempos por la soberbia e impunidad de Milei. Tal es el caso de nuestro Banco de la Nación Argentina, en el que el Directorio puesto por el Gobierno está destruyendo el Banco desde adentro, utilizando la mentira como justificación, con el único objetivo de achicarlo y privatizarlo.
Excusándose en la creación por parte del Gobierno provincial de La Pampa de un impuesto temporario que aumenta las alícuotas de ingresos brutos para el sector financiero y el juego, el Directorio ha decidido el cierre de una Zonal y 9 sucursales, con las terribles consecuencias que ello implica para sus trabajadorxs, y el público en general. Más allá del litigio que se abre por la medida de la provincia, lo cierto es que el Banco dispone de todas las condiciones económicas para afrontar el costo, sin tener que trasladarlo a los usuarios y dejando en evidencia que esto no es más que una burda excusa para profundizar su plan de vaciamiento y privatización.
Desde que asumió Milei, el Banco de la Nación Argentina ha perdido un número importante de trabajadorxs, no se cubren las dotaciones, no se actualizan los sistemas, se deteriora su estructura y se promueve -vía acción u omisión- un goteo de negocios hacia el sector privado. Si dejamos que avancen de esta manera, como en el caso de La Pampa, extenderán esta medida a otras provincias y probablemente a otros bancos.
Por lo expuesto, desde SITEBA invitamos al sindicato mayoritario -La Bancaria- a realizar en unidad de acción, asambleas, movilizaciones y un Paro General de todos los bancarixs del país, para ponerle un freno a estas políticas de achique y entrega de la soberanía financiera.