Ya estamos en diciembre y queremos hacer un repaso de este año 2020 realmente inédito, que quedará en la historia de la humanidad marcado por una pandemia de esas que aparecen muy de vez en cuando, pero cuyas consecuencias se hacen sentir de manera profunda y llegan a cambiar paradigmas, que influyen notoriamente en los usos y costumbres pero que, una vez controlada, debiera significar un mejoramiento del nivel de vida de todos los seres humanos que habitamos el planeta. Ergo, queremos decir que no podemos ni debemos volver a la situación pre-pandemia. Hay que proponerse un mundo con mayor Justicia Social.
El trabajo -ya sea en relación de dependencia, profesionales independientes, oficios, etc.-, se ha visto repentinamente modificado en la forma de encararlo. Tomando como ejemplo lo que concierne a la clase trabajadora bancaria (como en otros ámbitos), se destacó la división entre la tarea presencial por un lado, y teletrabajo por el otro. Esto puso de manifiesto la prioridad de un sentimiento de empatía para con quienes debían tener limitaciones en su actividad, ya sea por ser personas de riesgo o estar a cargo de menores (o por otras circunstancias), debiendo por estas causas recargarse el trabajo en compañeras y compañeros que por supuesto también tienen sus problemas personales, lo que implica un doble esfuerzo y riesgos.
Esa participación afectiva y emocional de quienes se tuvieron que solidarizar con la realidad ajena refleja que la clase trabajadora está en su “mayoría de edad” como para defender sus derechos y reconocer sus intereses. Cuando decimos “mayoría de edad”, queremos significar que se hace imprescindible la práctica de la Libertad y la Democracia Sindical. Lo hacemos basados en estos hechos que expresan la madurez como para ser considerados sujetos con poder de decisión, ya que esos sentimientos no son impuestos desde afuera, sino que surgen del nivel de conciencia alcanzado por las trabajadoras y los trabajadores.
En la realización de Asambleas y Plenarios de Delegados de Base se pueden discutir todos los temas que influyen en el trabajador y la trabajadora e ir encontrando soluciones superadoras. Por ejemplo: ¿fuimos y somos empáticos con quienes debieron asumir esa tarea doblemente riesgosa de manera presencial? Hemos tenido la oportunidad de ver en sucursales un sólo cajero o cajera teniendo que hacerse cargo de atender a todo el público y donde pareciera no haber habido ningún responsable que se pusiera “en los zapatos” de esa compañera o compañero, atendiendo a las consecuencias que trae ese sobrepasar los límites con un trabajo estresante que afecta física, mental y emocionalmente a quien lo realiza.
Pese a todo, siguen siendo presionados con metas y sometidos a una nueva manera de ser evaluados. Hoy somos la voz de los presenciales, nos ponemos en su lugar y les reconocemos el esfuerzo solidario porque su tarea representa una exposición muy abierta al contagio del virus.
Consideramos que sería justo que ese merecido reconocimiento que tienen que tener las compañeras y compañeros presenciales de parte de las autoridades de la Institución, se transforme en algún tipo de gratificación concreta.
Todas y todos los que conformamos -como siempre se ha dicho- “la gran familia bancaria”, de alguna manera u otra vamos percibiendo que se van a dar cambios fundamentales y si no nos encontramos unidos, organizados y con esa empatía que hemos manifestado, se hará muy difícil adaptarse a las nuevas tareas en un futuro inmediato.
La realidad nos muestra que nuestra compañera o compañero hoy es el que no sólo está al lado de mi caja o en el otro escritorio separado por una mampara, sino también quien trabaja desde su casa en la forma de Teletrabajo, que también se encuentra en una situación desventajosa porque hay momentos donde no es posible separar como se quisiera el teletrabajo de los aspectos cotidianos del hogar y el cuidado de los hijos.
Es necesario e indispensable que cuando se modifiquen las condiciones en cuanto a los riesgos de la pandemia, podamos reunirnos en Asambleas o Plenarios, articular las condiciones laborales para que unidos, observándonos y escuchándonos reafirmemos que tenemos las mismas necesidades, los mismos derechos e intereses, de lo cual resultará que quienes somos las encargadas y encargados de hacer nuestro trabajo, generemos ese clima laboral que nos haga sentir que somos cada vez mejores, en lo individual y lo colectivo.
¿Quisieras agregar algo?Estamos dispuestas y dispuestos a escuchar tus propuestas, discutirlas y acompañarlas.
¡TE CONVOCAMOS!
Aprovechamos para saludar afectuosamente en estas fiestas a todas las compañeras y compañeros bancarios y sus familias.