CRÓNICA DE UNA DOLARIZACIÓN ANUNCIADA

El gobierno de Milei busca la hiperinflación. A pesar de que dicen querer contener la inflación y evitar una híper, las medidas tomadas apuntan directamente a reventar la economía.

Es sabido que una devaluación de más del 100% destruye la capacidad adquisitiva de la clase media y los sectores populares, lo cual es aún más trágico en un país con un 45% de pobreza. Si a eso se le suman el aumento en los combustibles y las promesas de eliminar subsidios al transporte y a diversos servicios, el aumento de la inflación y la pobreza estará garantizado. El mismo Gobierno espera valores inflacionarios en torno al 20% para enero y diversos sectores ya están hablando de un 1% diario.

Despidos, aumento del costo de vida y congelamiento del consumo es una receta que sólo produce inflación e incertidumbre económica, lo cual siempre dispara la especulación en los precios, en un desesperado intento de los patrones por asegurar niveles de ganancia.

Los sectores al frente del Gobierno pretenden que entremos en la discusión de los aumentos de emergencia y la apertura de paritarias libres de manera urgente ¿Cómo podríamos discutir paritarias en este contexto, sin caer en una espiral de aumentos salariales y los consiguientes aumentos de precios? Peor aún, ¿cómo harían las Pymes para pagar sueldos acordes al creciente costo de vida, si el Gobierno busca desincentivar la producción y fomenta la importación? En nuestra lucha por sobrevivir, el riesgo de terminar hundiéndonos colectivamente es cada vez más grande.

Para colmo, la amenaza de reinstalar el Impuesto a las Ganancias implica un nuevo golpe al bolsillo de los trabajadores y trabajadoras bancarias, derribando una conquista que costó muchos años de lucha. Mientras tanto, no hay ninguna medida del Gobierno que toque las ganancias reales, que son las que tienen los bancos.

Así, Milei y Macri buscan disparar la inflación mensual, pulverizando nuestro poder adquisitivo, abaratando el costo de nuestra mano de obra y principalmente, licuando el valor de la moneda para llevarnos a una hiperinflación como la de fines de los años ochenta. Con un peso argentino simbólico, el camino para una dolarización “obligatoria” como la concretada por Cavallo estaría ya marcado. Lo peor de todo es que esta receta ya se aplicó en nuestro país y sus efectos -que aún sufrimos- son bien conocidos por todos.

Entonces se vuelve urgente mantener los subsidios, reorientándolos en base a la capacidad adquisitiva y patrimonial de las personas. Al mismo tiempo, el ajuste fiscal debe caer sobre los sectores económicos concentrados: los especuladores del agro, el sistema financiero, las mineras y petroleras, entre otros. Es mentira que no hay plata. Los recursos están, sólo que los acumulan los mismos que vienen ganando hace años y que hoy festejan todas las medidas de Milei y la casta.

Desde SITEBA estamos convencidos de que es momento de unificar las luchas y los debates, por eso llamamos al sindicato mayoritario a realizar asambleas conjuntas y plenarios de Delegados en todos los bancos para concientizar a los compañeros y compañeras sobre los graves riesgos a los que nos enfrentamos y poder construir unidad en el marco de las luchas que se avecinan.