Atropello a los derechos adquiridos en Bancor

Es lamentable la situación en el Banco de Córdoba donde en un acto más que repudiable, “aprietan” a compañeras y compañeros para que abandonen la función de cajero contra su voluntad, con la promesa de seguir cobrando el adicional y demás ítems por unos meses más. Se aprovechan de la pandemia para derivarlos a otras tareas que nunca realizaron y al poco tiempo pierden la función con la consecuencia de una merma importante en su salario. Muchas compañeras/os aceptan esta situación por temor y deben acceder a cobrar menos por una imposición injusta de la patronal.

Para colmo de males, muchos de los puestos que dejan los cajeros/as son ocupados por personal tercerizado cometiéndose así un doble atropello: contra los/as empleados/as del banco y contra los/as contratados/as, quienes ganan mucho menos que lo que deberían ganar por la tarea que cumplen.

En nuestro sindicato afirmamos que los trabajadores y trabajadoras somos los que producimos las enormes ganancias que hoy generan los bancos y que no estamos dispuestos a soportar semejantes atropellos. Es por eso que exigimos:

¡Respeto a la función que cada trabajador y trabajadora cumple en el banco!

¡Basta de aprietes!

¡Incorporación al banco de todos/as los/as tercerizados/as!

Estamos convencidos que estos atropellos se pueden terminar con unidad y participación. Desde el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de Entidades Bancarias y Financieras te ofrecemos ser parte de una construcción democrática y participativa. Es por eso que te convocamos a sumarte para hacer realidad un nuevo modelo sindical.

Contactos:
Mario Sesma: 11 3701 1213.
Pablo Marrero: 11 6894 1963

Unidad y Solidaridad para enfrentar el futuro

Ya estamos en diciembre y queremos hacer un repaso de este año 2020 realmente inédito,  que quedará en la historia de la humanidad marcado por una pandemia de esas que aparecen muy de vez en cuando, pero cuyas consecuencias se hacen sentir de manera profunda y llegan a cambiar paradigmas, que influyen notoriamente en los usos y costumbres  pero que, una vez controlada, debiera significar un mejoramiento del nivel de vida de todos los seres humanos que habitamos el planeta. Ergo, queremos decir que no podemos ni debemos volver a la situación pre-pandemia. Hay que proponerse un mundo con mayor Justicia Social.

El trabajo -ya sea en relación de dependencia, profesionales independientes, oficios, etc.-, se ha visto repentinamente modificado en la forma de encararlo. Tomando como ejemplo lo que concierne a la clase trabajadora bancaria (como en otros ámbitos), se destacó la división entre la tarea presencial por un lado, y teletrabajo por el otro. Esto puso de manifiesto la prioridad de un sentimiento de empatía para con quienes debían tener limitaciones en su actividad, ya sea por ser personas de riesgo o estar a cargo de menores (o por otras circunstancias), debiendo por estas causas recargarse el trabajo en compañeras y compañeros que por supuesto también tienen sus problemas personales, lo que implica un doble esfuerzo y riesgos. 

Esa participación afectiva y emocional de quienes se tuvieron que solidarizar con la realidad ajena refleja que la clase trabajadora está en su “mayoría de edad” como para defender sus derechos y reconocer sus intereses. Cuando decimos “mayoría de edad”, queremos significar que se hace imprescindible la práctica de la Libertad y la Democracia Sindical. Lo hacemos basados en estos hechos que expresan la madurez como para ser considerados sujetos con poder de decisión, ya que esos sentimientos no son impuestos desde afuera, sino que surgen del nivel de conciencia alcanzado por las trabajadoras y los trabajadores.

En la realización de Asambleas y Plenarios de Delegados de Base se pueden discutir todos los temas que influyen en el trabajador y la trabajadora e ir encontrando soluciones superadoras. Por ejemplo: ¿fuimos y somos empáticos con quienes debieron asumir esa tarea doblemente riesgosa de manera presencial? Hemos tenido la oportunidad de ver en sucursales un sólo cajero o cajera teniendo que hacerse cargo de atender a todo el público y donde pareciera no haber habido ningún responsable que se pusiera “en los zapatos” de esa compañera o compañero, atendiendo a las consecuencias que trae ese sobrepasar los límites con un trabajo estresante que afecta física, mental y emocionalmente a quien lo realiza.

Pese a todo, siguen siendo presionados con metas y sometidos a una nueva manera de ser evaluados.  Hoy somos la voz de los presenciales, nos ponemos en su lugar y les reconocemos el esfuerzo solidario porque su tarea representa una exposición muy abierta al contagio del virus.   

Consideramos que sería justo que ese merecido reconocimiento que tienen que tener las compañeras y compañeros presenciales de parte de  las autoridades de la Institución,  se transforme en algún tipo de gratificación concreta. 

Todas y todos los que conformamos -como siempre se ha dicho- “la gran familia bancaria”,  de alguna manera u otra vamos percibiendo que se van a dar cambios  fundamentales y si no nos encontramos unidos, organizados y con esa empatía que hemos manifestado, se hará muy difícil adaptarse a las nuevas tareas en un futuro inmediato.  

 La realidad nos muestra que nuestra compañera o compañero hoy es el que no sólo está al lado de mi caja o en el otro escritorio separado por una mampara, sino también quien trabaja desde su casa en la forma de Teletrabajo, que también se encuentra en una situación desventajosa porque hay momentos donde no es posible separar como se quisiera el teletrabajo de los aspectos cotidianos del hogar y el cuidado de los hijos. 

Es necesario e indispensable que cuando se modifiquen las condiciones en cuanto a los riesgos de la pandemia, podamos reunirnos en Asambleas o Plenarios, articular las condiciones laborales para que unidos, observándonos y escuchándonos reafirmemos que tenemos las mismas necesidades, los mismos derechos e intereses, de lo cual resultará que quienes somos las encargadas y encargados de hacer nuestro trabajo, generemos ese clima laboral que nos haga sentir que somos cada vez mejores, en lo individual y lo colectivo. 

¿Quisieras agregar algo?Estamos dispuestas y dispuestos a escuchar tus propuestas, discutirlas y acompañarlas.

¡TE CONVOCAMOS!

Aprovechamos para saludar afectuosamente en estas fiestas a todas las compañeras y compañeros bancarios y sus familias.

6 de noviembre: día del trabajador y la trabajadora bancaria

Este día del bancario nos encuentra en una situación difícil, como a todos los trabajadores. La pandemia y la crisis económica nos golpean fuerte, pero sabemos que somos expertos en campear las tormentas si estamos organizados y en unidad. Hoy debemos enfrentarnos a algunos temas importantes que tienen que ver con nuestra salud, el salario y las condiciones laborales.

Salud

Muchos compañeros y compañeras están en la primera línea de batalla, atendiendo al público y muchos bancos no cumplen los protocolos poniendo en peligro la salud de los trabajadores y trabajadoras. Así también, a lo largo y ancho del país, con el ataque del virus comienza a faltar personal y están convocando a las sucursales a personas que -por la edad o enfermedad que padecen- son de riesgo.

A otros tantos los han destinado a realizar teletrabajo. Muchos de estos, por su tarea, no tienen ninguna preparación previa para la venta de productos, por lo cual se les somete a una gran presión psicológica. Ni hablar de los muchos a los que no les dan los elementos necesarios para trabajar en condiciones adecuadas -como las sillas ergonómicas- y terminan afectados de la espalda o columna.

Salario y condiciones laborales

En este punto es importante que todos y todas asumamos el compromiso con los miles de compañeros tercerizados, que realizan el trabajo de un empleado bancario y que no gozan del reconocimiento como tal. Esto significa que por el mismo trabajo cobran mucho menos y no perciben los beneficios que tenemos quienes pertenecemos al gremio. Una tremenda injusticia.

Otro tema a remarcar es que el aumento salarial que se ha firmado es en cuotas y uno de los más bajos que han acordado los gremios en las paritarias de este año. Esto se da en uno de los sectores -el financiero- que sigue acumulando ganancias extraordinarias y en el marco de un aumento constante del costo de vida. Es alarmante la caída de nuestro salario.

Algo importante a tener en cuenta de lo que nos sucede es que en nuestro gremio ya casi no existe la Carrera Bancaria y que, por lo contrario, hay muchos casos donde se rebajan los coeficientes que figuran en el convenio 18/75.

Estos son sólo algunos puntos que demuestran la situación difícil que vivimos. Pero en esta fecha tan importante necesitamos acudir a la memoria para saber dónde apoyarnos y mantenernos firmes a la hora de exigir por nuestros derechos.

Nuestro legado

En este sentido, siempre es valioso recorrer las grandes luchas de nuestra historia y, sin duda, la más heroica es la gran huelga del año 1958.

El 28 de enero de 1958, en los finales de la dictadura de Aramburu, los bancarios lanzaron un paro por tiempo indeterminado que duró 52 días. La huelga transcurrió entre movilizaciones como la del 26 de febrero, con 10.000 bancarios y bancarias que ocuparon el centro financiero y una dura represión. El gobierno militar detuvo a 8000 compañeros y unidades de la Infantería de Marina y de la Policía se ubicaron en las instituciones financieras. Sin embargo la medida hizo que la huelga se extendiera. La bronca y solidaridad eran generalizadas.

Los trabajadores reclamaban cuatro puntos: reincorporación de todos los cesantes, libertad para todos los detenidos, aumento salarial, levantamiento de la movilización militar. El 16 de marzo todos los puntos fueron aceptados.

Hacernos cargo de nuestra realidad

Por supuesto que existen muchos otros combates importantes que libramos junto al resto de la clase trabajadora de nuestro país y es esencial refrescarlo en la memoria porque esos son nuestros genes y a ellos debemos acudir cuando la tormenta nos amenaza.

Este es nuestro legado para pararnos hoy. Para exigir que se cumpla con el Protocolo de protección de Covid 19 y se concreten los Comités Mixto de Salud e Higiene en cada banco; para pelear porque todos los que realizan tareas de bancarios sean reconocidos y reconocidas como tales; para que el teletrabajo se realice en condiciones dignas, con todos los derechos y que sea temporario y voluntario. Por la Carrera Bancaria y por el salario que nos merecemos.

Por una nueva Ley de Entidades financieras que suplante a la actual, impuesta por la dictadura militar, que ponga a las Entidades Financieras al servicio de los intereses de nuestro pueblo.

Resolver esta situación a nuestro favor para vivir mejor es compromiso de todos. En este Día del Bancario desde SITEBA asumimos este compromiso, dispuestos a aportar todo nuestro esfuerzo por la unidad y la organización de los trabajadores y trabajadoras del Sistema Financiero. Siempre apostando a la construcción de más democracia sindical y más participación consciente.